El drunch es una tendencia culinaria muy actual que equivale a una especie de merienda-cena que tiene lugar fundamentalmente los días de fiesta. En la época navideña en la que estamos, donde el roscón de reyes es el protagonista, es muy habitual este tipo de meriendas tardías en las que la mejor manera para disfrutarlas al máximo es acompañándolas con un zumo de frutas.
El drunch es una moda que está entrando fuerte en nuestro país sobre todo en ciudades como Madrid o Barcelona. Este aperitivo se compone de platos ligeros y variados como sandwiches, canapés o pasteles acompañados de algunas bebidas como vino, refrescos o zumos. No hay que olvidar que los zumos pueden ser un alimento muy importante dentro del drunch, además de por su agradable sabor, por las numerosas propiedades nutritivas, como vitaminas y minerales, que aportan a nuestra salud.
En Navidad preferimos tomar el "tentempié" a media tarde con amigos y familiares. En general, según el informe "Tendencias de Consumo Fuera del Hogar", elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, el momento del drunch gana cada vez más simpatizantes por motivos de comodidad e "impulso" a la hora de "salir a picar algo". Además, el documento recoge que los zumos son uno de los alimentos que más se consumen fuera del hogar, siendo una de las bebidas que más ha aumentado su posicionamiento (más de un 2%) en este momento del día.
Por lo tanto, en vísperas a la fiesta de Reyes y tras unos días de "excesos" los zumos de frutas se convierten en el acompañante ideal para las meriendas de Navidad y el típico roscón, por sus características nutritivas muy adaptadas a las exigencias consumidores demandan en la actualidad.
Asimismo, los zumos aportan a la dieta nutrientes que nuestro organismo necesita para mantenerse sano, como el agua, vitaminas y minerales, fibra y azúcares. Se caracterizan además por su bajo contenido en proteínas y grasas. En general, su contenido calórico oscila entre 40 y 50 kcal/100 ml, por lo que un vaso de zumo proporciona unas 100 kcal, una característica ideal para mantener la aguja de la báscula a raya.