José M. Mulet es profesor titular de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), director del máster de Biotecnología Molecular y Celular de Plantas (CESIC-UPV) e investigador en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMPC).
Ana Pérez. Periodista
Ana Pérez.- El mundo de la alimentación y los alimentos sufre en estos momentos una crisis de imagen importante. ¿Cómo ve usted el tema y a qué cree que se debe?
José M. Mulet.- Hay varios factores que influyen. Por una parte, la trivialización de la comida. Nadie pasa hambre y la comida es asequible, por lo que no se da el valor que realmente tiene el hecho de poder ir a un supermercado y que haya comida, ni la cadena de valor que hay detrás. Luego está el tema de que la prensa da mucho eco a mensajes alarmistas en la mayoría de casos desprovistos de ninguna base real. Muchos de estos mensajes se propagan por desconocimiento, pero otros de forma interesada. Hay diferentes grupos y organizaciones que rentabilizan muy bien los miedos alimentarios como forma de autopromoción.
A. P.- ¿Cómo influyen los medios de comunicación en este tema y qué se podría hacer para formar a los consumidores en materia de alimentación?
J. M.- Hay que ponerse en la piel de los periodistas. Ellos buscan contenido para sus medios y el alarmismo siempre vende. Aquí quizás habría que hacer autocrítica y ver que la mayoría de empresas del ámbito de la alimentación nunca han hecho una apuesta decidida por la comunicación ni por contrarrestar esos mensajes negativos. Y claro, si tú no ocupas tu espacio, te lo ocupan otros.
A. P.- Con todos los aspectos exógenos que intervienen en nuestro día a día, ¿cómo cree que influiría la alimentación en la salud humana?
J. M.- Una alimentación equilibrada es básica para una buena salud y un factor decisivo para prevenir la obesidad y otros problemas como diabetes accidentes cardiovasculares. Incluso se ha relacionado la dieta con determinados tipos de cáncer. El hecho de que la esperanza de vida siga subiendo se debe en gran parte a las mejoras en calidad y seguridad de los alimentos. Dicho esto, se propagan muchos mensajes confusos y erróneos sobre la relación entre salud y alimentación. Ningún alimento cura el cáncer, revierte el envejecimiento ni detoxifica. Y hay muchos problemas de salud, incluyendo la mayoría de cánceres, que no son por causa de la dieta.
A. P.- Hay algunos productos que han sido demonizados y que tienen difícil quitarse la imagen que se les ha otorgado. ¿Qué le diría usted como científico a un consumidor que le preguntara por alguno de estos productos?
J. M.- Que un científico primero mira los datos y luego saca las conclusiones, mientras que un pseudocientífico saca las conclusiones antes de tener los datos. Tenemos un ejemplo muy gráfico. La mayoría de informaciones equiparan a la alimentación ecológica como más sana y a los productos transgénicos como peligrosos. Los datos indican exactamente lo contrario. Los ecológicos son los que más problema de seguridad alimentaria presentan y los transgénicos los más seguros.
A. P.- En general, las dietas son desequilibradas y deficientes en vegetales. ¿Cómo cree que pueden ayudar los zumos de frutas a que se cumpla un poco más esa máxima de ‘cinco al día’?
J. M.- Es paradójico que cada vez tengamos más acceso a la comida, pero que elijamos peor. Y es preocupante el descenso de consumo de fruta y verdura de los últimos años. Hace falta educación nutricional. Los zumos pueden ser una alternativa, siempre y cuando no lleven azúcares añadidos.
A. P.- Por último, no puedo dejar de preguntarle por los productos obtenidos por biotecnología. ¿En qué situación se encuentran en Europa y qué futuro les predice?
J. M.- Europa, por la presión de los grupos ecologistas y la ineptitud y falta de perspectiva de sus políticos, ha perdido la delantera en este campo y ahora está a merced no solo de Estados Unidos sino de países como China (que acaba de comprar Syngenta) o de productores como Brasil o Argentina. El resultado es que hemos perdido soberanía alimentaria y cada vez somos más dependientes de las importaciones de alimentos. El futuro no pinta bien.
A. P.- ¿Cuáles son las principales líneas de investigación que se llevan a cabo en IBMPC de Valencia? ¿Cómo serán los alimentos del futuro?
J. M.- Trabajo en estrés abiótico, principalmente en tolerancia a frío y a sequía. Principalmente a nivel de ciencia básica, en tratar de identificar que genes pueden desempeñar un factor limitante en estas circunstancias. Un trabajo apasionante.
Fotografías por Toño Sanchís