Entrevistamos a Andrés Perelló, eurodiputado del Grupo Socialista y ponente moderador en el proceso de modificación de la directiva. Durante su participación en la jornada de ASOZUMOS, "Análisis, debate y coloquio sobre la propuesta de modificación de la directiva de zumos", explicó con claridad en qué consiste dicho proceso y dejó claro que el principal objetivo es el de combinar la defensa de los derechos del consumidor con la de los intereses de nuestro sector.
¿Cuál es el objetivo de esta modificación de la directiva?
En primer lugar, quisiera aclarar que la cooperación con la AIJN ha sido fundamental en la gestación de la directiva y será fundamental también para su revisión. Las aportaciones del sector, así como la inspiración que aportan las definiciones del CODEX, nos permitirán sacar adelante una única legislación para los 27 Estados miembros que asegure la libre circulación de nuestros zumos y garantice que no exista competencia desleal desde fuera de la UE.
¿Cuáles son las propuestas y las prioridades que se tendrán en cuenta en el debate?
Una pieza fundamental de la nueva legislación pasa por clarificar las definiciones de los diferentes tipos de producto: zumos, zumos a base de concentrado, néctares, etc. Por otro lado, se hablará mucho de las indicaciones relativas a la presencia de azúcar y de otros ingredientes. La clave residirá en buscar la mejor fórmula para informar bien al consumidor. Y, en el caso de las cuestiones más técnicas, es preciso asegurar que la producción se realiza en las mejores condiciones posibles, pero siempre desde un punto de vista de lo que es técnicamente posible para el sector, como en el caso de la extracción de los aromas.
¿Cómo se va a organizar el calendario de trabajo del proceso de modificación?
El Consejo ya ha comenzado a discutir la revisión de la directiva en sus Grupos de Trabajo, donde los expertos asesoran a los representantes de cada país para intentar consensuar un texto. Paralelamente, el ponente designado del Parlamento Europeo, en este caso yo mismo, elabora su propio texto que posteriormente recibe las enmiendas de los diferentes diputados antes de ser votado en Comisión y, más tarde, en Pleno. A finales de marzo tengo previsto presentar mi Informe de modificación de la directiva, cuyo texto recibirá enmiendas hasta el 2 de mayo. El voto en Comisión está previsto para el 24 de mayo y, si todo va bien, será ratificado por el Pleno de Estrasburgo durante la semana del 4 al 7 de julio.
Mi intención es llegar a un acuerdo con el Consejo en esta primera fase de negociación llamada "primera lectura". Si el Parlamento y el Consejo no se ponen de acuerdo, cabría realizar un proceso de segunda lectura del texto. Hay informes que han necesitado de hasta tres lecturas para ser aprobados.
Supongo que en su trabajo como ponente, deberá jugar con muchas propuestas diferentes y, en ocasiones, divergentes, ¿es difícil lograr el consenso?
Después de presentar mi propuesta, lo único que voy a pedir como ponente es que todas las enmiendas que reciba mi Informe sean justificadas, diciendo el por qué, en base a qué y quién la sostiene. Es decir, si entráramos en querer imponer técnicas imposibles de cumplir para nuestra industria, por ejemplo, o en posiciones poco prácticas, no conseguiríamos avanzar correctamente.
Nuestra manera de legislar en el Parlamento es clara y transparente. Trabajar con los lobbies es algo normal (existen 15.000 registrados). No concibo la posibilidad de que esta directiva saliera adelante sin que se haya escuchado lo que tiene que aportar el sector.