Para que un desayuno sea equilibrado debe contener, al menos, leche y productos lácteos, aceite de oliva virgen extra, productos cárnicos, café, té o infusiones, pan, cereales, zumos de frutas y frutos secos
Madrid, 1 de mayo de 2016.- Este año el Día de la Madreha llegado con el primero de mayo e, independientemente de los regalos, a veces lo que una madre necesita es poder disfrutar de un día relajado en el que ella sea la protagonista; sin preocupaciones, trabajo, tareas escolares o desayunos de los que preocuparse para que sus hijos no lleguen tarde al colegio. Precisamente, entre todas las comidas del día, el desayuno es el que generalmente se disfruta a diario en casa y en familia. Además, el domingo resulta ser un buen día para saborearlo sin prisas.
Parece un tópico, pero por todos es sabido que el desayuno es la comida más importante del día y las madres no dejan de recordarlo. Frases como “bébete el zumo antes de que se le vayan las vitaminas” o “tómate las tostadas, que se enfrían” han protagonizado y protagonizan la infancia de todos. Por ello, es un buen día para devolver a las madres sus cuidados y prepararle un buen desayuno nutritivo que le haga sentir especial porque, a veces, no hace falta hacer esfuerzos económicos; los pequeños detalles marcan la diferencia.
El perfil de un desayuno saludable capaz de sorprender al más exigente paladar debería estar formado por hidratos de carbono, proteínas y grasas, acompañado de una buena dosis de alimentos con fibra. Para que un desayuno sea equilibrado debe contener, al menos, leche y productos lácteos, aceite de oliva virgen extra, productos cárnicos, café, té o infusiones, pan, cereales, zumos de frutas y frutos secos.
Aceite de Oliva Virgen Extra
En la pirámide nutricional de la dieta mediterránea el Aceite de Oliva Virgen Extra tiene un papel destacado ya que aporta antioxidantes naturales (polifenoles) y está más que demostrado su efecto cardioprotector, excelente para contribuir a una dieta saludable.
Una tostada de pan crujiente con aceite de oliva virgen extra es siempre un acierto y, aunque sea uno de los maridajes más básicos de nuestra cocina, conlleva una experiencia gastronómica de primer orden. Además, en España tenemos la suerte de poder contar con una amplia variedad de nuestro tan aclamado “oro líquido”.
La Denominación de Origen Protegida de Córdoba es una clara muestra de ello y sus productores afirman que “nuestros aceites recuerdan gran multitud de matices verdes entre los que destacan hierba, almendra, manzana y tomate. Su entrada en boca sorprende con un sabor dulce, que poco a poco va dando paso a un amargo medio muy agradable, donde se dejan apreciar sus matices verdes, para finalizar con un picante en progresión”.
Leche y productos lácteos
Un desayuno completo debería contener leche y productos lácteos ya que contienen hidratos de carbono, proteínas y calcio de fácil asimilación, así como multitud de vitaminas y minerales que son nutrientes necesarios para el organismo cada día.
El consumo de leche y productos lácteos no solo beneficia a los más pequeños, sino que aporta grandes beneficios a otros colectivos como son embarazadas, deportistas, personas de edad avanzada y adultos en general. Estos alimentos se pueden consumir en una amplia variedad de formatos, como son los yogures, los quesos o la quajada, lo que permite a cada uno elegir el que más le guste.
Cereales
Se trata de un alimento a base de materias primas tradicionales de la dieta mediterránea, con indudables beneficios nutricionales gracias a su contenido en hidratos de carbono, su riqueza en vitaminas y minerales, su bajo contenido en grasa y su aporte de fibra. Así, en el contexto de una dieta sana acompañada de actividad física, los cereales de desayuno ayudan a prevenir el sobrepeso y regulan los niveles de colesterol en sangre, lo que contribuye a protegernos frente a las enfermedades cardiovasculares.
Dentro de este grupo de alimentos no podemos olvidarnos del pan ya que nos aporta almidón resistente y otros tipos de fibra, vitaminas hidrosolubles del grupo B, y minerales como el fósforo, el magnesio y el potasio, además de hierro, calcio, yodo y zinc. También contiene una buena cantidad de proteínas de origen vegetal y apenas contiene grasa.
Zumo de frutas
Los zumos de frutas, gracias a sus propiedades nutritivas y sus diferentes beneficios para la salud, son los aliados perfectos para hacer frente a las largas jornadas. Incluir un vaso de zumo de frutas en el desayuno supone el aporte de buena parte de las vitaminas, minerales y antioxidantes que necesita el organismo cada mañana aportando la vitalidad y energía imprescindibles en esta comida.
Además, los zumos están formados en su mayor parte por agua, necesaria para la inmediata hidratación de nuestro cuerpo y para el desarrollo de nuestras funciones vitales. Su variedad de sabores y facilidad de ingesta garantizan su adaptación a cualquier consumidor y momento y su perfecta armonía con cualquier otro alimento.
Un vaso de zumo de frutas al día, preferiblemente durante el desayuno, está científicamente reconocido como una de las cinco raciones diarias de fruta recomendadas para una alimentación sana y equilibrada.
Durante el sueño, muchas funciones cerebrales se duermen necesitando por la mañana el combustible que les proporcionará la primera comida del día para reactivarse y afrontar la jornada con fuerzas. Por ello, desde “Pan Cada Día” y Asozumos se comunica la importancia del desayuno dentro del contexto de una dieta sana y equilibrada que se complemente con la práctica de ejercicio físico.