Presidente de AIJN - European Fruit Juice Association y Director de Sumol+Compal
1. ¿Podría decirnos, a grandes rasgos, cuál ha sido el comportamiento del consumo de zumos y néctares en Portugal durante la crisis generada por la COVID-19?
Los datos disponibles corresponden a finales de marzo.
Aunque el consumo ya mostraba signos de una disminución, de casi un 10% durante el primer trimestre; la crisis realmente comenzó a sentirse en el mes de marzo, con resultados muy negativos que cayeron en un 30%, con comportamientos muy diferentes según el tipo de consumo
2. Al igual que en España, el turismo y la hostelería son dos sectores fundamentales de la economía portuguesa. ¿Cómo afrontan este verano 2020 y cuáles son, en su opinión, los principales desafíos y medidas necesarias a adoptar?
Las perspectivas no son buenas.
El sector se enfrenta a una crisis sin precedentes. Creo que no podemos ser optimistas debido a los impactos de la pandemia.
El encierro obligatorio de casi dos meses, ha generado cambios de comportamiento cuyo impacto anticipamos será adverso a la recuperación del consumo, incluyendo el periodo estival. De hecho, los negocios de Horeca dependen de la afluencia de turistas que generan un consumo interno significativo, y me temo que este consumo estacional puede no suceder.
La prolongación de las medidas de distanciamiento físico que mantienen los gobiernos, no ayudan a la predisposición a viajar. En mi opinión, estas medidas restrictivas evitan que los turistas europeos tengan deseos de irse de vacaciones fuera de sus países.
Son malas noticias para los agentes del canal Horeca, que no parece puedan hacer mucho para mitigar esta situación. El sector depende menos de sí mismo y más del gobierno.
No podemos ser optimistas porque me temo que las medidas que se implanten finalmente, serán escasas y tardías para las necesidades de las que estamos hablando. Por ejemplo, en Portugal, el gobierno ha aconsejado a los portugueses a que se tomen sus vacaciones dentro del País. Pero, aunque esto ocurriera, el turismo interior sería insuficiente para reequilibrar la balanza.
3. Como presidente de AIJN, ¿cuáles diría que son los desafíos generales de la Industria de zumos a nivel europeo?
Creo que hay dos desafíos radicalmente diferentes. Lo que viene antes de Covid-19 y lo que sucederá después de la pandemia.
El crédito al consumidor empeorará. Y preguntas tales como: ¿Vamos a comprar una casa? ¿Vamos a comprar un coche? ¿Salimos a cenar? probablemente tendrán respuestas negativas que no sólo pueden impedir la tan deseada recuperación económica, sino también provocar el efecto dominó resultante de la caída de las ventas.
Las consiguientes reducciones de costos, más desempleo, menos consumo, de nuevo descensos de ventas, en un círculo vicioso que sólo una ayuda financiera sin precedentes puede evitar.
La información que nos llega de Alemania indica que todas las tiendas han reabierto hace un mes y los restaurantes están completamente vacíos. Casi nadie compra nada. Todos están preocupados y cautelosos. Y esto es en Alemania, donde el desempleo ha aumentado solo 1%. Y la probabilidad de una retracción aún mayor en los países del sur es alta.
En resumen, vamos a depender de la ayuda financiera masiva que la Comisión Europea ya está proporcionando, pero que tendrá que reforzar para evitar una depresión económica de consecuencias impredecibles. Sin una respuesta financiera adecuada, la crisis económica será grave y, sobre todo, podría desembocar en consecuencias irreversibles a nivel social.
4. ¿Cuáles diría que serán las principales líneas de trabajo de AIJN para los próximos meses?
Actuaremos en dos frentes.
La contribución de la ciencia y, específicamente, de nuevas evidencias científicas que apoyen los aspectos positivos de nuestros productos serán, como siempre he dicho públicamente, la mejor herramienta para el éxito. Por lo tanto, las empresas del sector tendrán que saber que el camino para mejorar la credibilidad de la categoría es largo, y aún más difícil cuando no se está de acuerdo en la importancia vital de realizar la inversión necesaria para la mejor herramienta de defensa posible: la investigación científica.
Estos cambios también tendrán implicaciones en la forma en la que nos asociamos institucionalmente para defender los intereses de la industria. Para pensar en un futuro colectivo, es necesaria la participación de las asociaciones nacionales, éste es un paso indispensable hacia el éxito de la reflexión estratégica que promoveremos.